4 POEMAS de Aleqs Garrigóz

EL OTRO

Imposible desentenderte de esa presencia que
–a veces más- se espejea en sombras y luces de tu cara,
de su cuerpo cuyos nervios conectan a ambos por electricidad.
Desde que lo has visto es tu dolor,
los brazos en los que buscarás mecer tu abandono;
tu culpa; tu sacrificio inútil;
y lo demás…

¡Y olvidas
que tu simple vivir casi le impide respirar!

Hermanastro arrebatándote el bocado del maná
-esa dádiva tan precariamente dispensada por los dioses-,
enrareciendo el aire con su voz,
trastornando la realidad a su favor,
es más pequeño o más grande que tú,

pero es igualmente letal.

DELTA

No es río ni mar el delta
donde las garzas presumen su pulcra esbeltez
siempre atentas a irse achicando en el paisaje
y la espuma -ese belfo de potro indomable-
se asoma sobre aguas violentas,
construye instantáneos, fantasmagóricos castillos.
Donde el movimiento perpetuo aniquila la tranquilidad
de las aguas separadas por la sal de su naturaleza.
¡Cómo se nos llenan los oídos
de su música atroz de remolino hipnótico!

Cada uno, mar y río, con su cuerpo ajeno, monstruoso,
llenado de una misma sustancia que les confiere
voluptuosidad estruendosa de bestia terrestre renegada,
se encuentra en un nudo de rechazos y de bramas:
se embrazan, se dan de sí, se penetran,
como dos meteoros que chocan destruyéndose,

como los amantes en el sexo.

EL ESPANTAPÁJAROS

Sobre un campo de estériles canales,
más abandonado que un nacimiento,
ostenta su crucifixión
un tosco espantapájaros.

Viste mezclilla rota y percudida,
camisa pobre con remiendos,
rescatada de no se qué basural.
Y aunque le han dibujado una sonrisa,
su aspecto es más bien tristísimo, pero noble,
como el de esos niños obligados a asistir disfrazados
a un festival escolar.
Lleva por ojos dos botones enormes, dispares;
y su cabeza rellena de paja.

Y aunque se crea omnipresente,
poderoso en su misión de salvaguardar la vida,
el tesoro del maíz dorado, el verdor,
las espigas alargándose hasta acuchillar el cielo,
a su espalda burlones pájaros ríen
defecando sobre él.

Siento infinita ternura al mirarlo.
Es como si contemplara mi ayer,
mi adolescencia en trapo y palo.

LA ROSA

Antorcha de viva fogosidad,
enigmático libro de rojas sensualidades,
la rosa en su hermosura es casi animal:
si la muerdes creerás hacerla sangrar. Boca sexual,
cada pétalo es un carnoso labio.

La vibración imperceptible de sus hojas
una sílaba de amor quiere decirnos.
Su tallo es la esbeltez, el equilibrio mismo
de una bailarina que una danza estática cumpliera.

El enamorado la corta para llevarla al altar
como símbolo de su corazón,
mientras el poeta llora por no poder salvarla
de ser amanecer y ocaso de un solo día.

No olvides entonces que es capaz matar:
en su nombre se han desatado ya
los crímenes, las leyes, las guerras, las meditaciones…

Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, México 1986) empieza su carrera literaria publicando Abyección (2003). Trabajos posteriores son: Luces blancas en la noche (2004), La promesa un poeta (2005), De naturaleza amarga (2007), Páginas que caen (2008), entre otros. Premio de Literatura Adalberto Navarro Sánchez 2005, otorgado por la Secretaria de Cultura de Jalisco. En 2006 aparece incluido en la antología Nueva poesía hispanoamericana, a cargo del escritor peruano Leo Zelada. Premio de Literatura 2008 de la municipalidad de Guanajuato. Ha publicado poemas en diversos medios impresos y electrónicos de México y Latinoamérica, así como una decena de antologías.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. emilia cervantes avalos dice:

    ALEQS. ME ENCANTAN TUS POEMAS, SOBRE TODO UNO QUE SE LLAMA LA COLUMNA ROTA. NUNCA PENSE QUE ALGUIEN TA JOVEN LO HUBIERA ESCRITO. ESTÁ FANTASTICO Y ME EMOCIONÉ AL LEERLO. BUENO… SIEMPRE ESTOY RELEYENDOLO.
    SALUDOS

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